Yuta no quiere ir a la escuela, siempre se queda solo en su habitación, sin comunicarse con nadie. Su padre conocía la personalidad de su hijo por lo que no lo forzó, sólo quería que no descuidara sus estudios. Por eso invitó a Momo a ser tutora de Yuta. La primera vez que conoció a Momo, quedó impresionado por su lindo y hermoso rostro y su seductor cuerpo. Yuta no se atrevió a mirar directamente a los ojos de Momo, pero mantuvo sus ojos pegados a este pecho regordete y caliente. Y a partir de entonces, Momo siempre apareció en la mente de Yuta, no podía dejar de pensar en ella. Al día siguiente, debido a que olvidó que Momo vendría a enseñar hoy, Yuta seguía masturbándose mientras pensaba en ella. De repente Momo abrió la puerta y vio todo. Sabiendo que su alumno estaba en la pubertad y no podía concentrarse en estudiar, Momo inmediatamente pensó en una manera de... satisfacer sus deseos. Sabía que a Yuta realmente le gustaban sus pechos, así que le dejó apretarlos y chuparlos libremente. Momo también usó sus manos para ayudarlo a eyacular. Al día siguiente, Yuta terminó temprano su lección de manera proactiva para poder estudiar otra materia con Momo. Conmovida por los esfuerzos de Yuta, Momo decide enseñarle sobre el cuerpo femenino, así como sobre el sexo. Y desde entonces, Yuta ha hecho un claro progreso, sus notas están mejorando, tiene más confianza y es más feliz. Y un tiempo después, Yuta decidió regresar a la escuela, su padre se sentía sumamente feliz y agradecido con Momo. Él todavía mantiene una relación con ella, y su relación ya no es simplemente la de tutor y alumno.